El Ateneo Castro-Urdiales acogió el pasado viernes, la conferencia “Altamira es nombre de mujer. Matemática en la Prehistoria”

Numeroso público aguardaba, con expectación, la nueva conferencia impartida por Dr. Francisco A. González Redondo sobre la vinculación de mujer y matemática en la época de la Prehistoria.

 

Con ayuda del abundante testimonio gráfico hallado en las herramientas de madera, piedra y hueso y del arte rupestre reflejado en las cavernas donde habitaron los primeros homínidos, Dr. Francisco A. González Redondo, fue desgranando los importantes vestigios en los que se apoya la Comunidad Científica para afirmar que nuestros antepasados disponían de un sistema de contabilidad básico, del que quedan innumerables vestigios en el arte no figurativo encontrado hasta la fecha.

Algunas de estas manifestaciones, encontradas en cuevas como La Pasiega (Puente Viesgo) son anteriores a la llegada de nuestra especie a la Cornisa Cantábrica, lo que hace suponer a los científicos que su autoría obedece a la mano de los primeros pobladores, los neandertales, cuyo conocimiento parece haber sido transmitido, en una especie de tarea docente, a los cromañones, dada la coexistencia de restos significativos en niveles arqueológicos comunes de unos 40.000 años de antigüedad.

Para Francisco A. González Redondo “es razonable penar que los humanos del Paleolítico Superior europeo, sintieran la necesidad de efectuar registros contables de diferentes colecciones de objetos o sucesos, como por ejemplo, el transcurrir del tiempo agrupado en meses lunares de 30 días”.  Así parece deducirse las 69 marcas que se observan en la “Placa Blanchard”, datada hace más de 25.000 años o  las 168 incisiones  del “Hueso Ishango”, una pieza de 10,2 centímetros de largo, depositada en el Institut Royal de Sciences Naturelles de Bruselas (Bélgica),  donde algunos científicos, como De Heinzelin, coincluyó que podían hallarse representados los números primos comprendidos entre 10 y 20, si bien, Zaslavskyu propuso al respecto en 1991 que las incisiones en el hueso podrían tratarse de un recuento de ciclos menstruales realizado por una mano de mujer, única a la que tal fin podía reportarle alguna utilidad y que, por lo tanto, las primeras matemáticas de la Historia podrían haber sido femeninas.

Aunque la ciencia se mueve en el terreno de la hipótesis, existen abundantes indicios que apuntan en la dirección indicada:  un colgante de unos 30.000 años, encontrado en Gorge d’Enfer (Dordogne, Francia) presenta unas 60 muescas en paralelo en sus bordes; el “Colgante de Morín” tiene grabada una serie armónica de 30 muescas transversales contorneando el objeto, un número, el 30, que se repite en abundantes objetos decorados hallados hasta la fecha.

Para Francisco A. González Redondo, “la “conjetura Zaslavsky” encontraría su mayor apoyo en cuatro pequeñas placas realizadas en hueso hioides de caballo en época Solutrense, hace unos 18.500 años, encontradas juntas en el yacimiento de Altamira. Las cuatro tienen una forma prácticamente rectangular y están perforadas en uno de los extremos constituyendo un colgante único para adorno personal.”

La importancia de este hallazgo radica en la reiteración de las incisiones realizadas en cada pieza, siempre en número de 30, que coincide con el mes lunar (29,5 días) y con el ciclo de menstruación de la mujer. Sin duda, la persona que realizó las piezas determinó la misma decoración para todas ellas y repitió el mismo motivo, realizando tanto un recuento de los trazos realizados como una correspondencia uno a uno entre los grupos de aprox. 30 trazos y, aunque la decoración quedó inconclusa, a juicio de D. Francisco A. González Redondo, nos encontramos de en presencia de la primera “y, tal vez única colección concebida como unidad de expresión simbólica de 8 grupos de unas 30 marcas. ¿Se habría querido contabilizar la duración de un embarazo? ¿Se querrían haber representado ocho meses a contar desde la primera falta? ¿A qué varón solutrense le habría resultado “relevante” preparar estas piezas y concebir y realizar este recuento? ¿Habrán sido hombres, prioritariamente, como la iconografía generaliza sugiere, los autores de las manifestaciones de arte parietal y mobiliar que se conservan?  Sin embargo, los hombres se dedicaban prioritariamente a la caza, y la matemática reflejada en los objetos hallados induce a pensar que la primera matemática, como Altamira, lleva nombre de mujer.

Galería de fotos:
https://www.ateneo-cu.es/galeria-2018/#03082018

De izquierda a derecha: Stefan Tesar (tesorero Ateneo), Alodia Blanco (vicepresidenta Ateneo), Dr. Francisco A. González Redondo (el conferenciante), Roberto Morales (presidente Ateneo)